«My Mechanical Romance», el amor por la robótica de Alexene Farol Follmuth

enero 22, 2024

A veces esperas que una historia sea superficial y divertida, pero se convierte en eso y mucho más. «My Mechanical Romance», de Alexene Farol Follmuth, ha sido una grata sorpresa entre las lecturas que he retomado en las últimas semanas. Una novela juvenil repleta de amistad con la búsqueda de identidad como eje principal. 


Bel no quiere pensar en el futuro. ¿Solicitud para la universidad? Qué gracioso. ¿Extracurriculares? Ni de broma. ¿Unirse a un club de robótica lleno de chicos que la ignoran o —incluso peor— que no paran de preguntarle si necesita ayuda? Por favor, cualquier cosa menos eso. Pero cuando muestra accidentalmente su talento para la ingeniería en mitad de clase, no puede hacer otra cosa. Ahí llega Mateo Luna, el guapo capitán del club. 

Teo reconoce instantáneamente el talento de Bel. La necesita en el equipo. Y no solo porque no pueda parar de pensar en las pequeñas pecas alrededor de sus ojos, o por cómo le ha enganchado a Taylor Swift —es porque Bel le ve. Porque le reta. Pero cuando comienzan a trabajar mano a mano, Bel se pregunta: ¿hay realmente hueco para ella en el ámbito STEM?

El año pasado me enamoré de las novelas de Ali Hazelwood, todas ellas protagonizadas por mujeres que trabajaban en el ámbito STEM, pese a la toxicidad de su sector. Cuando me crucé en NetGalley con «My Mechanical Romance» supe que tenía que darle una oportunidad, conocer la perspectiva propuesta por Alexene Farol Follmuth y sumergirme en la vida de Bel, una joven que representa a las mujeres en STEM antes de su paso por la universidad. 

Si bien las comparaciones son odiosas, lo cierto es que leer «My Mechanical Romance» me ha hecho darme cuenta de muchos aspectos que obvian las novelas de Hazelwood y que sí están presentes en la novela de Farol Follmuth. La base de su historia se desarrolla en la competitividad con los más cercanos, la autoexigencia y todos los baches que tienen que superar en el camino a la cima, aunque quizá se deba a que sus heroínas tienen ya un puesto establecido en el sector. En la novela, Bel se enfrenta a las dudas de su equipo, al rechazo constante de casi todo su entorno y a los sesgos sutiles y estructurales que impiden que las niñas se decanten por las ciencias. 


Aunque la novela podría tratar únicamente sobre las estudiantes de STEM, sin más artificios, «My Mechanical Romance» da un paso más allá para hablar sobre la incertidumbre de la adolescencia y la presión de todo el entorno para que escojas un camino que va a influenciar toda tu vida. ¿Y si no sabes qué quieres hacer? ¿Y si lo que sientes hoy no sigue adelante? ¿Y si lo que deseas no cumple con las expectativas que otros tienen sobre ti? Bel se encuentra perdida en la vida y, aunque sabe que le gusta ayudar a su padre y a su hermano cuando se ponen a maniobrar con coches u otros hobbies, no tiene claro que sea realmente lo que quiere hacer con su vida. 

Si hay un aspecto negativo a destacar sobre «My Mechanical Romance» es únicamente el "borrón" en la vida de Bel antes de su llegada a Esex. La joven entra directamente en su último año de instituto, pero parece que hubiera comenzado a vivir en el momento en que puso un pie en ese colegio. Conocer su historia de antemano, con más detalles aunque fuese a lo largo de toda la novela, habría ayudado a entender mejor sus lazos con otras personas. Sobre todo con su familia. 

Mediante un doble narrador, la historia de Bel se completa con la de Teo, el capitán del equipo de robótica, un chico brillante con la exitosa carrera de su padre como aval, pero también con todas las expectativas que ese título conlleva. Juntos, explorarán el amor por la robótica y la ingeniería, la amistad y el potencial de ambos en aspectos que nunca habrían imaginado. Bel y Teo son muy parecidos pero, al mismo tiempo, parecen de universos diferentes. Dos voces claramente opuestas que retan constantemente al otro y al lector conforme les atrapan en la historia. 

A pesar del peso de todas estas decisiones, la novela de Farol Follmuth es una romcom adorable y rápida en la que caes casi desde sus primeras páginas. Recuerda al boom de literatura juvenil contemporánea de mediados de los 2010s, un género con grandes autoras como Stephanie Perkins o Morgan Matson y que, poco a poco, ha ido perdiendo popularidad en pro de la fantasía o el misterio. No extraña que sea el debut en YA de su autora que, aunque a priori puede parecer desconocida, es la misma de la famosa «The Atlas Six» («Los seis de Atlas»), publicada bajo el pseudónimo Olivia Blake. Quizás esa sea una de las razones por las que  sorprende que «My Mechanical Romance» no haya llegado aún a las librerías españolas, más de un año después de su lanzamiento en Estados Unidos. 

¿Qué es lo que más te llama la atención de «My Mechanical Romance»?

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