De vez en cuando me topo con una lectura que me sorprende desde la primera página por su frescura, por su profundidad o por lo bien perfilados que están sus personajes. Este ha sido el caso de «Una mentira compartida», de Raquel Arbeteta García, la romcom española que ha causado sensación desde su publicación.
¿Y si fingir ser pareja fuese la única solución para conseguir alquilar un piso?
MAEVE quiere ser escritora.
RUBÉN, sobrevivir a su año de doctorado en Dublín.
ELLA tiene nueve meses para escribir una gran novela, pero su entusiasmo y su energía desbordante suelen jugarle malas pasadas.
ÉL lo tiene claro: entre la neurobiología y el inglés, lo más difícil de superar es el idioma de Joyce... y su afán de perfección.
Ambos tienen un plan para lograr sus objetivos. Sin embargo, no contaban con que unas circunstancias un tanto particulares (o la burbuja del alquiler en la capital irlandesa) los llevarían a fingir que son pareja para poder alquilar un piso decente. ¿Serán capaces de sobrevivir a una convivencia caótica? ¿O la casera de su pequeño estudio para dos acabará por descubrir el pastel?
A veces, las situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas.
Cuando lees romántica contemporánea es imprescindible aceptar el pacto ficcional entre autor y lector, dejando atrás lo “casual” que resultan algunos detalles. En este género este pacto tiene lugar principalmente en los inicios de novela, ese primer “meet cute” entre la futura pareja. «Una mentira compartida» recurre a esta figura con la repentina decisión de fingir ser pareja a pesar de ser desconocidos, lo cual resulta, cuanto menos, curioso. Eso sí, a partir de ese momento viviremos una evolución bastante realista de la relación de ambos, conociendo las rutinas, manías y secretos del otro.
Poco a poco, Maeve y Rubén se acostumbrarán a vivir juntos, a pesar de ser personajes completamente opuestos.
Maeve es más creativa, alegre e impulsiva; Rubén más reflexivo, calmado y suele basar cada uno de sus pasos en los datos. A pesar de ello, saben cómo encajar el uno en la vida del otro. En cierto modo, la dinámica entre Maeve y Rubén recuerda a la de los protagonistas de las novelas de
Ali Hazelwood (quizá tenga algo que ver con la puerta que nos abren al mundo CTIM), pero consigue diferenciarse por completo del resto de títulos del género con esa evolución de personajes y, sobre todo, con el modo en que dota a cada uno de sus protagonistas de una vida propia.
La manera en que Arbeteta García define a sus personajes es, sin lugar a duda, lo mejor de la novela. Nos presenta a Maeve y Rubén como personajes complejos cuyas piezas van encajando para entender el modo en que se relacionan. Por un lado, en la primera mitad de la historia, descubrimos su nueva realidad, a sus compañeros de clase y laboratorio, y su experiencia viviendo en Dublín; por otro, su pasado, la relación con sus respectivas familias y cómo les han afectado episodios concretos de sus vidas.
Las relaciones que establecen con sus nuevos entornos nos permiten entender mejor la dicotomía de Maeve y Rubén, la primera desesperada por establecer lazos aun reacia a confiar en otros y el segundo deseando encajar pero siendo consciente de sus propias limitaciones. Además, la profundidad con la que se definen estos personajes del entorno (aunque naturalmente sean más superficiales que los protagonistas) aporta realismo y te deja con ganas de conocer también sus historias. Quizá gracias a ello podamos tener un universo ampliado con nuevas historias, como las de los amigos de Maeve o la de los compañeros de laboratorio de Rubén.
«Una mentira compartida» nos deja una gran amistad que se transforma poco a poco en un amor pausado, repleto de momentos adorables, de tensión entre Maeve y Rubén, de secretos y confidencias, que te obligan a seguir leyendo página tras página. Lo peor del libro: su historia termina.
Si queréis alejaros de las tendencias de autores internacionales, o simplemente estáis buscando una nueva novela en la que sumergiros por completo, «Una mentira compartida» es una elección de la que, sin duda, no os arrepentiréis.
¿Os atrae la romcom de Raquel Arbeteta García?
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