«The Signs and Wonders of Tuna Rashad», el falso romance de Natasha Deen

agosto 03, 2022

Cuando comenzó mi pasión por la lectura podía llegar a descubrir casi cinco novelas cada mes. Para muchos no es gran cosa, pero para mí era todo un hito. Todas ellas tenían algo en común: eran literatura juvenil, de todos los géneros pero protagonizada y orientada a adolescentes. Tras meses tropezando en este tipo de literatura, hace unas semanas decidí dar una nueva oportunidad a la LIJ con «The Signs and Wonders of Tuna Rashad», de Natasha Deen, y creo que por fin empiezo a reconciliarme con ella. ¡Sigue leyendo para saber el porqué!

Seamos claro. No importa lo que su hermano mayor, Robby, diga, la aspirante a guionista Tuna Rashad no es "supersticiosa". Lo que sí es, en cualquier caso, es orgullosa y respetuosa por sus raíces caribeñas, lo que significa que siempre está buscando mensajes de seres queridos que han muerto. Pero desde que Robby se convirtió en viudo, todo lo que hace es pasar tiempo en casa de sus padres, reírse de Tuna por seguir las tradiciones de sus antepasados e inmiscuirse en sus asuntos.

Tuna necesita alejarse de los actos cariñosos pero entrometidos de su hermano y conseguirle una vida (o al menos, ¡una salida de la suya!). Si se basa en las señales, sus antepasados están de acuerdo. También parece que están intentando a que Tuna conquiste a su crush, Tristan Dangerfield. ¿El único problema? Lo tiene que hacer antes de irse a la universidad en otoño. Una cuenta atrás, un hermano sumido en el duelo, y un crush que no cree en las señales. ¿Qué podría ir mal?

Cuando escogí las aventuras de Tuna como próxima lectura cometí un ligero error. De lo nuevo de Deen esperaba un gran romance entre dos adolescentes, un libro repleto de bromas internas entre los personajes con las que disfrutar página tras página. Estaba equivocada. «The Signs and Wonders of Tuna Rashad» no es una novela contemporánea y romántica, es un drama sobre la pérdida repentina y el duelo, sobre la complejidad de las dinámicas familiares y sobre la consciencia (o la falta de ella) de nuestros actos. 

Irónicamente, es precisamente esta exploración del duelo la que hace que merezca la pena sumergirse en lo nuevo de Natasha Deen. El problema para mí, aparte de no esperarlo, es que empiece tan tarde. No es hasta pasado el ecuador de la novela cuando vemos realmente lo que significa para Tuna y su familia la pérdida de un ser querido como David, el marido de Robby. Si bien es un tema que se trata al principio, no cobra importancia hasta entonces, oculto tras las extrañas interacciones entre Tuna y su interés amoroso, Tristan.

Lo que hace más interesante este tema dentro de la novela es el punto de vista que nos muestra la autora. A menudo descubrimos historias sobre pérdidas, siendo el protagonista o narrador quien está sumido en el duelo. Sin embargo, en esta aproximación de Deen, no solo descubrimos el impacto de una muerte cercana en el sentido más tradicional, también vemos cómo afecta a las relaciones interpersonales y cómo este duelo va unido a menudo con los remordimientos y la culpa. 

La sensibilidad y la maestría que la autora demuestra con este tema consigue levantar una novela con un romance fallido entre dos personajes sin química alguna. Los diálogos parecen forzados, el monólogo interno de Tuna emborrona más que exalta los pocos avances entre ambos y, en general, no parece que estén dirigiéndose a una relación romántica, sino a una de amistad. Casi se agradece que, aun siendo una línea principal en el libro, no tenga apenas espacio entre sus páginas. 

Otro de los temas troncales de la historia de Deen es la espiritualidad y cómo lo vive Tuna, una joven con raíces caribeñas, algo con lo que no he podido empatizar. La protagonista ve señales en todas partes y nos habla de sus ancestros, pero no explica realmente nada sobre su fe y herencia. Quizá no sea tanto un problema del libro como una brecha cultural, pero creo que es digno de mencionar. 

Lo peor de «The Signs and Wonders of Tuna Rashad» —y es un gran inconveniente— son la propia Tuna y su hermano, Robby. Los dos personajes principales son egoístas y engreídos y, si bien Robby tiene una excusa válida para comportarse de ese modo, Tuna añade estas características a la lista de adjetivos negativos que pueden atribuírsele. Tuna tiene 17 años, un pie en la universidad, y necesita desesperadamente independencia. Sin embargo, sus palabras, su monólogo interno y su impulsividad la convierten en un personaje nada agradable para el lector, a menudo incoherente e infantil. Solo en los momentos en que exploraba el duelo parecía un personaje adecuado a su edad. 

Aún así, «The Signs and Wonders of Tuna Rashad», de Natasha Deen, me ha parecido una novela disfrutable e interesante que, desde luego, se posiciona como una de mis favoritas en torno al tema del duelo. Una pena que no tenga fecha de publicación en España, al menos por el momento. 

You Might Also Like

0 comentarios